Continuamente cometemos un gran error: corremos tras el presente, nos consolamos con el remedio de la nostalgia mientras la vida pasa y así se nos escapa su verdadero significado.
Tal vez solo seamos contradicciones que vagan como sombras arrastradas por el viento de la vida o tal vez pecadores que buscan expiación y amor verdadero.
El secreto de nuestra felicidad no depende de las riquezas que hayamos acumulado, sino que consiste en comprender que la vida es un regalo infinito.
El amor es una emoción que surge de lo desconocido y entra de repente en nuestras vidas. Es una felicidad que hace sonreír al corazón y nos da la ilusión de ya no estar solos. Es un sentimiento capaz de infundirnos alegría, energía y borrar imágenes lejanas y negativas.
La felicidad que anhelamos sólo puede tocarse como lo hacen las gaviotas con el agua.
Cada día que nace es una revelación continua y muchas cosas hermosas de este mundo son desconocidas para la mayoría.
Buscar el amor incondicional es el camino correcto incluso si esta sociedad anti-vida nos muestra algo más: competencia, falsedad, falta de respeto por las personas y el medio ambiente y mucho más.
Sólo con la imaginación podremos despegarnos lo suficiente del suelo para ser siempre jóvenes. Sólo envejecemos cuando ya no tenemos un sueño y se nos rompen las alas.
Muchas veces en nuestro pequeño mundo aferrado a la normalidad nos engañamos pensando que todo cambia, pero ese día nunca llega y casi siempre nos volvemos demasiado viejos y cansados para poder volar alto.
Romano Battaglia