Ser fuerte

Me crucé con una frase que ilustré hace muchos años y que dice:

“Sé fuerte”.

Quizás en ese momento necesitaba ser fuerte para que todo lo que contradecía mi sentir no pudiera conmigo.

Pude ver con claridad cómo vamos cambiando con el tiempo y lo bueno que es pensar distinto.

“Sé fuerte” como un mantra que nos hace resistir incluso aquello que nos rompe el alma, para demostrar que podemos, que valemos, que a pesar de los golpes seguimos en pie.

Hoy pienso más en una frase que diga:

“Ojalá seas fuerte si no hay opción, pero deseo que nunca necesites ser fuerte”

Ser, sólo ser, una muralla o un cristal, pero seguir siendo.

Ser también en la fragilidad personas íntegras y valiosas.

Hoy no le diría a nadie que sea fuerte, me parece irrespetuoso, hace tiempo intento eliminar los imperativos, entendiendo que cada uno hace lo que puede.

A veces, no podemos ser fuertes, o no queremos. A veces estamos cansados y eso también está bien.

Ser débiles pareciera estar mal visto, muchas personas se avergüenzan de pedir ayuda porque sienten que tienen que demostrarse que aunque la vida les pasa por encima siguen y siguen.

Quizás alguien alguna vez les hizo creer que ser fuertes y poder con todo solos es lo más digno de admiración.

Hay valentía en ser fuertes, ¿cómo negarlo?, pero también creo que hay mucha valentía en decir: No puedo con esto, no sé cómo seguir, necesito un abrazo, necesito una mano, no encuentro la salida.

«Ser fuerte» puede ser un halago peligroso que te lleva a sostener lo insostenible, a caer lentamente en silencio.

Ser fuerte no está mal.

No poder ser débiles es lo que siento que está mal.

Está bien no poder con todo y refugiarnos en el amor.

La fortaleza es sólo una respuesta inevitable a ciertas circunstancias de la vida cuando no nos queda otra.

Ser vulnerables también es admitir que somos con otros.

También frágiles y con la posibilidad de dudar de nuestra propia fortaleza.

Nos hicieron creer que ser fuertes merece una condecoración, y estoy segura que si no tenemos opción lo seremos, pero ojalá siempre tengamos la fortuna de apoyarnos en el amor.

Si tengo que elegir entre ser fuerte y ser humana, me quedo siempre con mi imperfecta humanidad.

Cintia Scacciaferro

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *