Los estatutos del hombre 

Los estatutos del hombre

 

“Los Estatutos del Hombre” es un poema ya clásico en la literatura brasileña contemporánea, un bellísimo canto al amor y la libertad escrito por Thiago de Mello.

Artículo I

Queda decretado que ahora vale la verdad,

que ahora vale la vida,

y que, tomándonos las manos,

todos trabajaremos por la vida verdadera.

 

Artículo II

Queda decretado que todos los días de la semana,

incluso los martes más cenicientos,

tienen derecho a convertirse en mañanas de domingo.

 

Artículo III

Queda decretado que, a partir de este momento,

habrá girasoles en todas las ventanas,

que los girasoles tendrán derecho

a abrirse dentro de la sombra,

y que las ventanas deberán permanecer, todo el día,

abiertas hacia el verde donde crece la esperanza.

 

Los estatutos del hombre

 

Artículo IV

Queda decretado que el hombre

nunca más necesitará dudar del hombre.

Que el hombre confiará en el hombre

como la palmera confía en el viento,

como el viento confía en el aire,

como el aire confía en el espacio azul del cielo.

 

Parágrafo único

El hombre confiará en el hombre

como un niño confía en otro niño.

 

Artículo V

Queda decretado que los hombres

están libres del zumo de la mentira.

Nunca más será necesario usar

la coraza del silencio ni la armadura de palabras.

El hombre se sentará a la mesa

con su mirada limpia

porque la verdad se servirá

antes del postre.

 

Los estatutos del hombre

 

Artículo VI

Queda establecida, durante los siglos que dure la vida,

la práctica soñada por el profeta Isaías,

y el lobo y el cordero pastarán juntos

y la comida de ambos gustará como la aurora.

 

Artículo VII

Por decreto irrevocable queda establecido

el reinado permanente de la justicia y de la claridad,

y la alegría será una bandera generosa

para siempre desplegada en el alma del pueblo.

 

Artículo VIII

Queda decretado que el mayor dolor

siempre fue y será siempre

no poder dar amor a quien se ama,

sabiendo que es el agua

quien ofrece a la planta el milagro de la flor.

 

Los estatutos del hombre

 

Artículo IX

Queda permitido que el pan de cada día

tenga en el hombre la señal de su sudor.

Pero que, sobre todo, tenga siempre

el caliente sabor de la ternura.

 

Artículo X

Queda permitido a cualquier persona,

a cualquier hora de la vida,

el uso del traje blanco.

 

Artículo XI

Queda decretado, por definición,

que el hombre es una animal que ama

y que por eso es bello,

mucho más bello que la estrella de la mañana.

 

Los estatutos del hombre

 

Artículo XII

Se decreta que nada será obligado ni prohibido.

Todo será permitido,

incluso jugar con los rinocerontes

y pasear al atardecer

con una inmensa begonia en la solapa.

 

Parágrafo único

Solo se prohíbe una cosa:

amar sin amor

 

Artículo XIII

Queda decretado que el dinero

nunca más podrá comprar

el sol de las mañana venideras.

Expulsado del gran baúl del miedo,

el dinero se transformará en una espada fraternal

para defender el derecho de cantar

en la fiesta del día que llegó.

 

Los estatutos del hombre

 

Artículo

Queda prohibido usar la palabra libertad,

la cual será suprimida de los diccionarios

y de la ciénaga engañosa de las bocas.

A partir de este instante

la libertad será algo vivo y transparente,

como un fuego o un río,

y su hogar siempre será

el corazón del hombre.

 Thiago de Mello 

(Quinta Normal, Santiago de Chile, abril del 64)

Traducción de Alfredo Pérez Alencart

Imagen: Jungho Lee

Mamen Lucas

Ona Daurada

 

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