La vida podría ser una creación constante, podríamos asistir al maravilloso espectáculo de una creación nueva, donde no tenga sentido el aburrimiento, ni la repetición ni la apatía, ni la agresividad ni el miedo. Nuestra realidad está en aquello que no se ve, que no tiene forma, en aquello que no es conocido ni nombrado por el pensamiento.
Nuestra seguridad está en aquello que descubrimos
en el silencio de lo profundo de nuestra conciencia.
Lo temporal es cambiante
Lo que tiene raíces en lo temporal es cambiante, todo lo que percibimos a través de los sentidos y lo que pensamos es cambiante e inestable. No se puede frenar, no se puede parar nada en el tiempo. Todo tiene su ritmo de cambio y movimiento.
El universo en su constante cambiar, desarrollarse y transformarse, puede vivirse en profunda paz cuando no se produce identificación con ninguno de los puntos del movimiento.
La vida como creación
La vida como creación está creando una maravillosa danza que no se detiene. Hay que estar siempre bailando en la vida, porque la expresión existencial es total movimiento. Si creo que la realidad es eso, imaginaré una inquietante experiencia. Mientras si mirara desde una visión totalizadora, si viera que estoy bailando esa danza desde la belleza que soy y expreso, habría creación.
Si fuera consciente de ser esa vida en movimiento constante que gira a veces de una manera y a veces de otra, dirigida bellamente por la inteligencia, mi esencia y la esencia de todo, no me angustiaría en ninguno de sus giros. Al no identificarme con aquello, estaría libre, y en esta libertad permitiría la creación de la obra de arte del vivir espontáneo.
Se podría decir así que mi vida es creativa. La vida del ser humano que está contemplando aquello va tomando conciencia que aquella realidad es lúcida y armoniosa creación.
En ese camino de ir contemplando la realidad que soy, en el proceso de irme identificando con mi verdadera naturaleza, en la vía de contemplación del silencio, se va revelando más y más la creación de la vida.
Veré que es auténtica la creación desde dentro, no existe criterio desde fuera para ver cuáles son las vidas auténticas y cuáles no. No deberíamos entretenernos en juzgar desde ahí la autenticidad o creatividad de la vida de alguien. Por el contrario, habríamos de interesarnos en mirar desde dentro, desde la visión de la verdad que encontramos en cada uno de nosotros en el silencio de un instante atemporal.
La realidad se descubre
haciendo el silencio de las apariencias.
Fuente: Consuelo Martín
Imagen: Jacek Yerka
Núria Batlle
Ona Daurada
Artículos relacionados:
https://onadauradaentrena.com/amar-la-vida/
https://onadauradaentrena.com/apasionarse-por-vivir/