Cuánta energía gastamos pensando en aquellas cosas que no hicimos en su momento y que han quedado colgadas en nuestra memoria o en aquellas cosas que creemos que tenemos que hacer o necesitamos hacer y no encontramos el momento adecuado.

Todos estos “debería” o “necesitaría” o “tendría que…”, son como losas que llevamos encima y que tiene una gran influencia sobre nuestro estado interno y están relacionadas con nuestras obligaciones en la vida.

La clave está en desafiar esa limitación para explorar nuevas posibilidades:

¿Cuáles son esas cosas que te agobian?

Elige una, ¿Cuánto tiempo llevas con ese objetivo?

¿Por qué crees que no lo consigues?

¿Qué pasaría si no lo haces?

¿Qué te obliga, o quien te obliga?

Se trata de abrir la limitación. Hemos creado una limitación. Por lo tanto, preguntándonos sobre los resultados previsibles o la causa, las consecuencias o los obstáculos, ayudamos a suprimir la limitación.

Utilizamos también estos “debo” o “tengo que…” en actividades que realizamos habitualmente y que no son de nuestro agrado, por ejemplo: “Tengo que archivar…”  “Debo preparar la comida”,… Sólo al pronunciarlas o al pensar en ellas, nos producen una sensación de pesadez, de carga, de falta de energía.

¿Has probado alguna vez de cambiar la manera de expresarte?

¿Cómo cambia tu estado interior, tus sensaciones si en lugar de decir “Tengo que archivar…” dices, “Voy a archivar..,”, o en lugar de decir “Debo preparar la comida” dices, “Voy a preparar la comida”?

¿Cómo es ahora tu predisposición para realizar la tarea?

Prestemos atención a nuestro lenguaje y sobre todo a nuestro “dialogo interno”, utilicemos el poder de la palabra y del pensamiento a nuestro favor.

“Levántate, suspira, sonríe y sigue adelante”

Imagen: Lena Sotskova

Núria Batlle

Ona Daurada