El agradecimiento va unido a las actitudes de sinceridad, apertura, atención y apreciación de la vida. También está ligado a la alegría, la satisfacción y la aceptación. La persona que siente agradecimiento es una persona que valora, ama y es generosa.
Los problemas pueden empezar cuando la gratitud se convierte en una obligación en lugar de ser un sentimiento. Sentirse en deuda no es lo mismo que sentirse agradecido. El agradecimiento implica gratitud. Cuando damos algo a cambio de otra cosa entramos en un terreno de relaciones mercantilistas donde aparecen acreedores y deudores.
Plantearnos nuestra posición y clarificar nuestras ideas respecto a la cuestión de dar y recibir, del agradecimiento y la gratitud, va a mejorar la calidad de nuestras relaciones personales.
El agradecimiento es un sentimiento que se expresa de forma voluntaria y gratuita. Somos conscientes de que hemos recibido algo valioso o un don, y expresamos nuestra alegría por este hecho.
Valorarnos a nosotros mismos y sentirnos agradecidos
Es importante darnos las gracias porque somos luchadores capaces de levantarnos cuando caemos; porque lo estamos haciendo bien y perseveramos en el vivir; darnos las gracias porque somos capaces de llorar y reír, porque nos consolamos cuando estamos tristes, porque nos damos descanso cuando nos sentimos fatigados; porque nos avariciamos cuando estamos desconsolados y nos decimos palabras tiernas cuando necesitamos oírlas.
Es primordial empezar por nosotros mismos. Pero ¿y si todo lo que hemos escrito sobre darse las gracias a uno mismo alguien no lo hace? ¿Quizá porque piensa que no es necesario? ¿Y si alguien está triste por no hacerlo? No pasa nada. Lo más importante es haber empezado a tomar conciencia de cómo nos valoramos y de si nos sentimos agradecidos por ser quienes somos y por quienes podemos llegar a ser. A partir de ahí podemos empezar hoy mismo a escribirnos a nosotros mismos ¿por qué no? Una carta, donde señalemos todos los motivos que tenemos para sentir gratitud.
Fomentar la cultura del agradecimiento
Todos necesitamos sentirnos valorados y la realidad es que vamos escasos de feedback positivo. ¿Quién no se ha sentido agradecido en algún momento por algo y, no obstante, ha guardado este sentimiento en su interior? ¿Por qué retenemos la expresión del sentimiento?
Al no dejar que la gratitud fluya estamos interrumpiendo un flujo de acontecimientos positivos que podrían iniciarse con su expresión. No es necesario dar las gracias de una forma general o inespecífica. Es importante concretar los motivos por los que nos sentimos agradecidos ya que para el receptor es mucho más enriquecedor.
El que da las gracias, en este caso, ha dedicado un tiempo a pensar en él: Gracias por compartir conmigo tus sentimientos; gracias por darme tu tiempo; gracias por este abrazo, por esta sonrisa; gracias por tu alegría: gracias por colaborar conmigo…
Fomentar la cultura del agradecimiento tiene unos efectos espectaculares en nuestras relaciones. Las personas se sienten más motivadas y satisfechas, se reducen los niveles de agresividad, el clima emocional mejora, aumenta la creatividad y la colaboración.
Fomentar la cultura del agradecimiento no tiene contraindicaciones y sí unos efectos secundarios muy positivos.
«Si en la vida tu única oración fuera “gracias”, con ella sería suficiente.»
Meister Eckhart
Imagen: Aaron Paquette
Fuente: J. Soler y M. Conangla
Núria Batlle
Ona Daurada