La resiliencia o capacidad de recuperación

 

Más que la educación, más que la experiencia, más que el entrenamiento, es el nivel de resiliencia de la persona lo que determina que tenga éxito o que fracase.

Dean Becher

Ganar seguridad en ti mismo no significa que nunca más vayas a sufrir alguna forma de duda sobre ti mismo, pero sí significa que sabrás manejar mejor el desengaño y hasta el fracaso. Lo bien que sepas hacerlo dependerá en parte de tu capacidad de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerte a ellas: de tu resiliencia o capacidad ce recuperación.

Hay diversas definiciones de resiliencia, por ejemplo, una de ellas nos dice que la resiliencia es la capacidad de los sujetos para sobreponerse a periodos de dolor emocional y traumas. Cuando un sujeto o grupo es capaz de hacerlo, se dice que tiene una resiliencia adecuada, y puede sobreponerse a contratiempos o incluso resultar fortalecido por éstos.

Desde la Neurociencia se considera que las personas más resilientes tienen mayor equilibrio emocional frente a las situaciones de estrés, soportando mejor la presión. Esto les permite una sensación de control frente a los acontecimientos y mayor capacidad para afrontar retos.

La persona resiliente no sólo resiste. Tiene aguante, por supuesto, pero más que esto, sabe recuperarse. Ser resiliente significa ser indomable, sea lo que sea que la vida depare. A veces te sentirás con mayor o menor resiliencia. Observar qué te ayuda a sentirte con esta capacidad y qué la socava será una información muy útil.

 

 

Destrezas para se resiliente

Se han hecho estudios sobre este tema. Los psicólogos Karen Reivich y Andrew Shatté, señalan que hay siete destrezas que se pueden aprender y con las que tendrás mayor resiliencia:

  • Averiguar lo que de esencial hay en ti. El primer control que ha de pasar la resiliencia es el estilo de razonamiento de la persona.
  • Evitar las trampas de razonamiento, como las de culpar a los demás y sacar conclusiones precipitadas cuando las cosas van mal.
  • Detectar las creencias “iceberg” que flotan por debajo de la superficie de tu mente, y que pueden trabajar en tu favor o en tu contra.
  • Aprender a cuestionar tus propias creencias para que puedas verificar su validez y utilidad.
  • Saber colocar las cosas en perspectiva, en lugar de convertir cualquier percance en una posible catástrofe.
  • Cuando te encuentres en situaciones que te desequilibren, contar con los medios para tranquilizarte y centrar de nuevo tu atención.
  • Ser capaz de lograr la resiliencia en tiempo real, como y cuando sea necesario.

Para formar tu resiliencia y la capacidad de regresar al punto de partida en caso de oscilaciones, debes partir de las virtudes que ya posees. Para adquirir mayor resiliencia, no necesitas las siete cualidades, sino únicamente probar con la que ya posees, e irle añadiendo después todo lo demás.

Las cosas no siempre van a ser como esperas o confías que sean, por lo que la resiliencia se erige en un elemento esencial para triunfar en la vida y para sentirse seguro.

 

 

 ¿Qué estás haciendo ya que te forje la resiliencia?

Supongamos que es algo que forma parte de tu vida cotidiana, y no algo que hagas in extremis. Entonces, como ocurre con la buena alimentación, sencillamente estás sentando las bases del éxito, de modo que podrás hacer manejable cualquier cosa que te depare el día, porque tienes unas grandes reservas. Quizás quieras hacer algo físico, como salir a correr, ir al gimnasio, o simplemente salir a andar, o bien pasar algún tiempo con los amigos, para sentirte apoyado y socialmente conectado, o simplemente dedicar un tiempo a conectar contigo, con tu centro.

 

 

Cualidades valiosas asociadas a la resiliencia

  • Las personas resilientes toleran en alto grado la ambigüedad y no se lanzan a tomar decisiones precipitadas.
  • Las personas resilientes saben observar los problemas desde muchas perspectivas. Esto les da muchísimas más opciones.
  • Las personas resilientes están dispuestas a correr riesgos. Intentan cosas nuevas, conscientes e que el fracaso forma parte de la vida y que hay que aceptar todo lo que ésta nos depare.

Todo lo que te ayude a cultivar tu propia resiliencia

es una acertada inversión.

Fuente: Ian McDermott

Imagen: Patricia Avellaneda

Núria Batlle

Ona Daurada

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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