Cómo convertir a nuestro crítico interior en consejero

 

Todos llevamos un crítico experto dentro de nosotros, y eso está bien si somos capaces de extraer beneficio de la crítica.

Conviene recordar que detrás de todo lo que hacemos hay una intención positiva, bien para nosotros o para los demás. En el caso de la crítica, aunque nos parezca extraño, ocurre igual. En el fondo queremos que las cosas vayan mejor.

Podemos cambiar de crítico a consejero y notaremos un cambio en la actitud de las personas que nos rodean.

¿Cómo podemos hacerlo?

Cuando reconocemos e inducimos afirmaciones positivas para intenciones positivas convertimos los “problemas” en “resultados”.

Para lograrlo podemos empezar haciéndonos las siguientes preguntas:

 ¿Qué es lo que no quiero?

 Si estrés/ fracaso/ gasto, es lo que no quiero ¿Qué es lo que sí quiero?

¿Qué conseguiré (en qué me beneficio) si pudiese evitar o librarme de eso que no quiero?

 

 

Convertir las críticas en preguntas

Una vez descubierta la intención positiva de la crítica y reformulada en términos positivos, podemos transformar la crítica en pregunta.

Podemos afirmar que detrás de toda crítica negativa se esconde una pregunta realmente buena.

Cuando transformamos la crítica en una pregunta, las opciones para contestarlas son completamente distintas de las que teníamos cuando estábamos formulándola como una generalización o un juicio.

Supongamos que en lugar de decir “es demasiado costoso” el Crítico pregunta: ¿Cómo vamos a financiarlo?

Otro ejemplo seria: “esto no funcionará”  que puede transformarse en la pregunta:

¿Cómo piensas llevar a cabo específicamente esta idea?

Planteado de esta manera, la persona tiene la oportunidad de esbozar detalles de su plan, en lugar de tener que mostrar su desacuerdo o pelearse con el Crítico.

Vemos que en ambos casos son preguntas relacionadas con el cómo.

 

 

De qué manera debemos hacer las preguntas

¿Por qué?

Las preguntas relacionadas con el ¿por qué?, presuponen a menudo otro juicio, lo que puede llevarnos a un conflicto o desacuerdo. Preguntar: ¿Por qué es tan cara esta propuesta? O ¿Por qué no puedes ser más realista? Sigue presuponiendo un marco problema.

¿Qué? o ¿Quién?

Las preguntas encabezadas por Qué, son en realidad un ¿por qué? camuflado, son preguntas del tipo: ¿Qué es lo que hace esta propuesta tan cara? O ¿Quién va a pagar eso? Y siguen presuponiendo un marco problema.

¿Cómo?

En general, las preguntas relacionadas con el cómo suelen ser las más eficaces para reenfocar la crítica desde un marco resultado o un marco realimentación (con intercambio de comentarios)

 

 

Cómo pasar de críticos a consejeros

Para convertirnos en un consejero constructivo resulta útil:

1- Descubrir el propósito oculto tras la crítica.

2- Asegurarse de que la intención positiva está reencuadrada en términos positivos.

3- Convertir la crítica en una pregunta, a ser posible, formulada en torno al cómo.

Y todo esto se consigue mediante las siguientes preguntas:

1- ¿Cuál es tu crítica u objeción?

2- ¿Cuál es el valor o la intención positiva que hay detrás de estas circunstancias?

3- ¿Qué es lo que tratas de conseguir o preservar a través de tu crítica?

4-Averiguada la intención, ¿cuál es la pregunta sobre el CÓMO que hay que formular?

“Si sabemos aceptar y tratar con las críticas

 podremos tratar a nuestro critico interno como consejero” 

Imagen: Tigran Tsitoghdzyan

Mamen Lucas

Ona Daurada

 

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