El alma en un puño – Cuento

El alma en un puño – Cuento from Ona Daurada on Vimeo.

Andrés se levantó aquella mañana y realizó su rutina diaria, igual que cada día cuando iba a trabajar.

En el momento en que pisó la calle, sintió algo extraño en su mano derecha, e instintivamente la cerró.

Caminaba con su puño derecho bien apretado y una voz dentro de él le iba diciendo que no abriera la mano, que algo importante ocurriría si dejaba escapar lo que ella contenía.

Anduvo todo el camino con la mano bien cerrada y supo que si la abría su halo de vida, o quizás, su alma saldría volando.

Tuvo mucho cuidado de no saludar a nadie, de comprar el periódico sin aflojar el puño. Por nada del mundo dejaría escapar algo tan vital para él.

No pensaba cuanto tiempo duraría esta situación, no pensaba nada, sólo que no debía abrir la mano.

Escuchó una música dulce y melodiosa, una música que salía de un violín y vio que delante del hombre que tocaba, una joven, casi una niña, bailaba al ritmo de esa melodía.

Se quedó ensimismado, nunca había visto una joven tan hermosa, nunca había sentido como un cuerpo tan frágil y ligero transmitiera la sensación de ser la música misma.

La joven mientras danzaba lo miró y aquellos ojos serenos y alegres, a la vez que melancólicos, le cautivaron por completo.

Allí se quedó mientras sonaba la música y la joven bailaba.

Cuando acabó, el hombre recogió su tenderete, las monedas y el violín y la joven se fue con él.

Un instante después, se volvió, lo miró y con su pequeña mano le dijo adiós.

Andrés, le devolvió el saludo, abrió su mano derecha para decirle adiós y con su adiós, su alma voló.

Cuando el alma está lista las cosas que nos rodean también lo están.

 Basado en el cuento “El desert” de Pere Calders.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *