La boca nos habla de las emociones

 

La boca refleja el mundo emocional, representa la manera de dar y recibir afecto. Dar y recibir es una dualidad. El labio superior representa nuestra capacidad para dar afecto, mientras que el labio inferior es la de recibir. Esta es la zona de la acción instintiva, es la emoción del instinto.

Si dividimos la parte instintiva del rostro, la parte inferior desde el final de la nariz al mentón, la parte superior (instintiva-mental) corresponde al espacio labio-nasal o pallium, parte media (instintiva-sentimental corresponde a la boca propiamente dicha, mientras que la parte inferior (instintiva-instintiva) corresponde al mentón.

El pallium indicará, pues, nuestro control mental sobre las fuerzas instintivas, de forma que un pallium relativamente corto expresará un predominio de las fuerzas instintivas sobre las mentales, mientras que un pallium relativamente largo denotará un predominio de la mente sobre las fuerzas instintivas. Cuando el pallium tiene una forma normal, entonces hay autocontrol y afectividad equilibrados.

Morfopsicología de la boca

El avance bucal, visto de perfil, corresponde a una instintividad primitiva, egoísta, que denota un carácter infantil, necesito que me den, que me cuiden, mientras que el retroceso bucal supone resistencia y firmeza, pero también introversión, cristalización y falta de sociabilidad, no necesito a nadie, yo ya se vivir, no voy a dar nada y no quiero que me den nada.

Una boca aplastada expresa franqueza, pero también petulancia, una excesiva satisfacción de sí mismo.

Una boca puntiaguda o boca mercurial indica amabilidad, astucia, diplomacia. Es la boca de la persona hábil con las palabra.

Un labio superior avanzado en relación con el inferior indica bondad, afectividad, a menudo talento artístico, pero también debilidad, falta de vigor, mientras que un labio inferior dominante denota agresividad, egoísmo, predominio de lo instintivo sobre lo afectivo.

Una boca abierta indica una personalidad blanda.

Los labios gruesos indican necesidad afectiva, ternura; en cambio en los labios finos hay más austeridad y parquedad en las emociones.

La línea que forman ambos labios nos informa sobre la firmeza si es recta, la flexibilidad si es ligeramente sinuosa o la laxitud, si es excesivamente sinuosa, de la persona.

 

Morfopsicología del labio superior

Un labio superior proyectado hacia delante va siempre correlacionado con un labio superior grueso, lo cual indica afectividad descontrolada, necesidad de afecto o apoyo pero de tipo infantil.

Un labio superior vertical supone une afectividad sana, mientras que el labio superior proyectado hacia atrás indica ausencia de afectividad.

La existencia de la eminencia superior en el labio superior es un signo de refinamiento afectivo, mientras que la existencia de la eminencia inferior en el labio superior es una señal de sensibilidad.

 

Morfopsicología del labio inferior

Un labio inferior proyectado indica una instintividad de tipo animal, mientras que si el labio inferior es vertical señala al luchador nato, dotado de una instintividad vulgar.

Un labio inferior retirado indica un instinto de conservación fuerte pero reflejando una instintividad normal.

Un labio inferior con una curvatura inarmónica en los bordes denota a aquel que habla mucho pero que no dice nada.

Un labio inferior que posea una gran curvatura central recibe el nombre de boca mercurial, es de persona que habla bien, que tiene habilidad con las palabras, el prestidigitador del habla, aunque también puede ser “el mentirosillo”

 

 

Generalidades sobre los labios, según Lavater

A unos labios firmes corresponde un carácter firme; a unos labio blandos y móviles, un carácter cambiante.

Los labios grandes, muy pronunciados, bien proporcionados, están inclinados a la voluptuosidad.

Una boca apretada, cuyos labios son prácticamente inexistentes, y que, por lo tanto, se parecen a una línea, es un índice de sangre fría, actividad orden y exactitud; si remonta un poco por ambos lados, indicaría al mismo tiempo afectación, vanidad e incluso malicia.

Los labios gruesos tienen que combatir con la sensualidad, la pereza y la glotonería.

Los labios que se cierran suavemente y sin esfuerzo, y al mismo tiempo están dibujados con precisión, son señal inequívoca de prudencia, firmeza y reflexión.

Un labio superior descansando suavemente sobre el inferior y desbordándolo, es un signo de bondad.

Un labio inferior que se hunde en la parte media, pertenece a un espíritu alegre.

Una boca bien cerrada, siempre y cuando no sea puntiaguda ni afectada, anuncia valor y firmeza.

Fuente: Josep Fábregas y Eva Monferrer

Imagen: Lidia Wylangowska

Núria Batlle

Ona Daurada

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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