El agua y la ola – Reflexión

El agua y la ola – Reflexión from Ona Daurada on Vimeo.

Cuando observamos el océano vemos que cada ola tiene un principio y un final.
Si observamos más a fondo descubrimos que todas las olas están hechas de agua.

Aunque lleve la existencia de una ola, vive también la vida del agua.
Sería triste que la ola no supiera que es agua.
Pensaría:

«Algún día tendré que morir. Este período de tiempo es la duración de mi vida y cuando llegue a la orilla regresaré al no-ser.»
Estas ideas pueden provocar en la ola miedo y ansiedad.

Si queremos que la ola sea libre y feliz debemos ayudarla a desprenderse de los conceptos del yo, la persona, el ser vivo y la duración de la vida.

Una ola puede reconocerse por los signos:

alta o baja, naciendo o desapareciendo, bella o fea.
Pero en el mundo del agua no hay signos.

En el mundo de la verdad relativa, la ola se siente feliz al crecer y se siente triste al caer.
Puede pensar “soy alta” o “soy baja” y desarrollar un complejo de superioridad o inferioridad.
Pero cuando la ola percibe su verdadera naturaleza –que es el agua- todos sus complejos desaparecen y trasciende el nacimiento y la muerte.

Necesitamos del mundo relativo de la ola, pero para gozar de una verdadera paz y alegría, necesitamos también sentir el agua, la base de nuestro ser.

Una ola no tiene que morir para convertirse en agua.
El agua es la sustancia de la ola.
La ola ya es agua.

Las olas no existen separadas del agua.
Si sabes cómo sentir las olas sientes al mismo tiempo el agua.

Thich Nhat Hanh

 

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