La mayor aspiración del ser humano es el conocimiento de la verdad, conocer la verdad de todas las cosas, la verdad de toda la existencia, la verdad del individuo, la verdad del universo, la verdad de todo lo que está más allá del universo; y así llegar a vislumbrar la Verdad fundamental que explica todas las demás, la Realidad como base de todas las cosas.
Esto significa tener un conocimiento integral de la verdad de todo lo existente y de la relación de cada uno con todos y la relación de todos con el Espíritu.
Śrī Aurobindo en su libro “La vida Divina III” nos explica que nuestro estado actual es una Ignorancia y una búsqueda multilateral, partimos desde la Ignorancia hacia el Conocimiento, por ello primero debemos descubrir la naturaleza y extensión plena de esta Ignorancia.
Si observamos esta Ignorancia, en la que ordinariamente vivimos, vemos que desde cualquier dirección que lo miremos es una autoignorancia multilateral.
Estas Ignorancias esenciales según Śrī Aurobindo son:
- Ignorancia del Absoluto
Somos ignorantes del Absoluto que es la fuente de todo ser y devenir; tomamos hechos parciales del ser, relaciones temporales del devenir por verdad total de la existencia —ésta es la primera y original ignorancia.
- Ignorancia cósmica
Somos ignorantes del Yo inespacial, intemporal, inmóvil e inmutable; tomamos la constante movilidad y mutación del devenir cósmico en el Tiempo y el Espacio por verdad total de la existencia—, esa es la segunda ignorancia, la ignorancia cósmica.
- La ignorancia egoísta.
Somos ignorantes de nuestro yo universal, de la existencia cósmica, de la conciencia cósmica, de nuestra unidad infinita con todo ser y devenir; tomamos nuestra limitada mentalidad egoísta, nuestra vitalidad, corporeidad, por nuestro yo verdadero y consideramos todo lo diferente a eso como un no-yo —esa es la tercera ignorancia, la ignorancia egoísta.
- La ignorancia temporal.
Somos ignorantes de nuestro devenir en el Tiempo; tomamos esta pequeña vida en un reducido espacio del Tiempo, en un minúsculo campo del Espacio, por nuestro principio, medio y fin —esa es la cuarta ignorancia, la ignorancia temporal.
- La ignorancia psicológica.
Incluso dentro de este breve devenir temporal somos ignorantes de nuestro ser grande y complejo, de aquello dentro de nosotros que es superconsciente, subconsciente, intraconsciente, circunconsciente para nuestro devenir superficial; tomamos ese devenir superficial con su pequeña selección de experiencias abiertamente mentalizadas por nuestra existencia total —esa es la quinta ignorancia, la ignorancia psicológica.
- La ignorancia constitucional
Somos ignorantes de la verdadera constitución de nuestro devenir; tomamos la mente, la vida, el cuerpo o dos de éstos o los tres en total por nuestro principio verdadero o cómputo total de lo que somos, perdiendo de vista lo que los constituye y determina mediante su presencia oculta y lo que se propone determinar soberanamente mediante su emerger en sus operaciones —esa es la sexta ignorancia, la ignorancia constitucional.
- La ignorancia práctica
Como resultado de todas estas ignorancias, perdemos el verdadero conocimiento, gobierno y disfrute de nuestra vida en el mundo; somos ignorantes en nuestro pensamiento, voluntad, sensaciones, acciones, equivocada devolución o imperfectas respuestas en cada punto ante las cuestiones del mundo, vagamos en un laberinto de errores y deseos, anhelos y fracasos, dolor y placer, pecado y traspié, seguimos un camino tortuoso, buscamos a tientas, ciegamente, una meta mutable —esa es la séptima ignorancia, la ignorancia práctica.
Nuestra concepción de la Ignorancia necesariamente determinará
nuestra concepción del Conocimiento y,
por lo tanto, determinará, la meta del esfuerzo humano
y el objetivo del esfuerzo cósmico.
Imagen: Nicoletta Tomas Caravia
Mamen Lucas
Ona Daurada
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