¿Por qué no soy asertivo? Principales causas de la falta de asertividad

¿POR QUÉ NO SOY ASERTIVO? PRINCIPALES CAUSAS DE LA FALTA DE ASERTIVIDAD

 

¿Por qué hay personas a las que, aparentemente, les resulta tan fácil tener una respuesta adecuada, “quedar bien” y salir dignos de las situaciones y personas para las que lo mismo significa un mundo? ¿Qué ocurre o ha ocurrido en la vida de unos y otros? Veamos las principales causas por las que una persona puede tener problemas de asertividad.

 

¿POR QUÉ NO SOY ASERTIVO? PRINCIPALES CAUSAS DE LA FALTA DE ASERTIVIDAD

 

La persona no ha aprendido a ser asertiva o lo ha aprendido de forma inadecuada

Las conductas o habilidades para ser o no ser asertivo se aprenden: son habilidades o patrones de conducta.

No existe una “personalidad innata” asertiva o no asertiva, ni se heredan características de asertividad. La conducta asertiva se va aprendiendo.

Ocurre a veces que la persona no asertiva no da con la solución a su problema, porque la busca sin salirse de su patrón de conducta y pensamiento.

 

¿POR QUÉ NO SOY ASERTIVO? PRINCIPALES CAUSAS DE LA FALTA DE ASERTIVIDAD

 

La persona conoce la conducta apropiada, pero siente tanta ansiedad que la emite de forma parcial

En este caso, la persona con problemas de asertividad ha tenido experiencias altamente aversivas (de hecho o por lo que ha interpretado) que han quedado unidas a situaciones concretas. Dichas experiencias pueden haber sido objetivamente ansiógenas. Por ejemplo, alguien se puede haber sentido muy diferente y externo a un grupo en el que se ha visto obligado a estar.

Situaciones de este tipo pueden dejar en la persona un poso de ansiedad tan grande, que a partir de este momento su respuesta asertiva se ve mermada. Si la persona tiende a generalizar a otras situaciones, pronto todas sus respuestas asertivas sufrirán con esta ansiedad; si no, por lo menos las que se parezcan o tengan algo que ver con la situación inicial suscitarán reacciones de ansiedad.

 

¿POR QUÉ NO SOY ASERTIVO? PRINCIPALES CAUSAS DE LA FALTA DE ASERTIVIDAD

 

La persona no conoce o rechaza sus derechos

Existen una serie de suposiciones tradicionales que a primera vista parecen “normales”, pero que, recibidas de forma autoritaria e insistente, pueden hacer mucho daño a la persona, haciéndola sentirse inferior a los demás y sin capacidad para cambiar.

¿Qué son los Derechos Asertivos? Son unos derechos no escritos. Que todos poseemos, pero que muchas veces olvidamos a costa de nuestra autoestima.

Lista de Derechos Asertivos

  • El derecho a ser tratado con respeto y dignidad.
  • El derecho a tener y expresar los propios sentimientos y opiniones.
  • El derecho a ser escuchado y tomado en serio.
  • El derecho a establecer mis prioridades y tomar mis propias decisiones.
  • El derecho a decir “no” sin sentir culpa.
  • El derecho a pedir lo que quiero, dándome cuenta de que también mi interlocutor tiene derecho a decir “no”.
  • El derecho a cambiar.
  • El derecho a cometer errores.
  • El derecho a pedir información y ser informado.
  • El derecho a obtener aquello por lo que pagué.
  • El derecho a decidir no ser asertivo.
  • El derecho a ser independiente.
  • El derecho a decidir qué hacer con mis propiedades, cuerpo, tiempo, etc., mientras no se violen los derechos de otras personas.
  • El derecho a tener éxito.
  • El derecho a gozar y disfrutar.
  • El derecho a mi descanso, aislamiento, siendo asertivo.
  • El derecho a superarme.

¿Realmente haces uso de tus derechos, te acuerdas de ellos en momentos puntuales?

 

¿POR QUÉ NO SOY ASERTIVO? PRINCIPALES CAUSAS DE LA FALTA DE ASERTIVIDAD

 

La persona posee unos patrones irracionales de pensamiento que le impiden actuar de forma asertiva

Se supone que todos tenemos desde pequeños una serie de esquemas mentales o “creencias”. Estas están tan arraigadas dentro de nosotros, que no hace falta que, en cada situación nos las volvamos a plantear para decidir cómo actuar o pensar. Es más suelen salir en forma de “pensamientos automáticos”, tan rápidamente que, a no ser que hagamos un esfuerzo consciente por retenerlas, casi no nos daremos cuenta de que nos hemos dicho eso.

Una típica convicción puede ser la de que necesitamos sentirnos apoyados o aceptados para sentirnos a gusto. Otra podría ser la necesidad de sentirnos competentes en algún área de nuestra vida para tener la autoestima medianamente alta.

Albert Elliot, llamó a estas convicciones “irracionales” ya que, según él, no corresponden a una lógica ni son objetivas.

Sé tú mismo, incluso con tus defectos.

No pretendas representar ningún papel,

no finjas, sé tú mismo… un poquito mejorado,

pero manteniendo tu identidad.

J.A. Vallejo Nágera

Fuente: Olga Castany

Imagen: Bryan Larsen

Núria Batlle

Ona Daurada

 

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