¿Sabes enfrentarte a las pérdidas?

Cuando se trata de grandes pérdidas, como el fallecimiento de un ser querido, la pérdida de la salud, la ruptura de una relación o de un matrimonio, la pérdida de capacidades que conlleva a la dependencia de otras personas como consecuencia de la edad o enfermedad, una pérdida económica, la perdida del trabajo y hasta una desilusión, cada persona la vive de manera distinta y cada persona sabe cuanto le cuesta aceptar la nueva situación y cómo continuar con su vida.

Aunque, ¿sabemos en verdad que es la aceptación? Ocurre que en algunas ocasiones, pensamos que estamos aceptando una situación cuando en verdad nos estamos resignando a ella. La resignación se confunde con aceptación cuando la persona tiende a victimizarse y a decir esto es lo que hay, no puedo hacer nada. La resignación es una forma de esclavización de las circunstancias. Lo que marca la diferencia entre ambos términos es la actitud.   

                 

                                                     
Cuesta encontrar el valor para rendirse ante aquello que es más grande y poderoso y llegar a aceptar la realidad, la situación. 

Sin embargo aceptar la realidad, con toda la dureza y la grandeza que la conforma, permite abrirse para encontrar un nuevo camino.

Cuando no oponemos resistencia, surge la aceptación, a través de la cual permitimos que la realidad del presente sea tal cual es, sin oponernos a ella, reconociendo a la realidad, sintonizando con ella.

La aceptación surge de una actitud parecida a la que se desarrolla durante la meditación, cuando se contemplan los pensamientos sin identificarse con ellos.

Te proponemos el siguiente ejercicio.

Aceptar lo que es

¿Qué sientes al escuchar, acepta lo que es?

¿Crees que realmente no puedes aceptarlo?

¿Hace que te sientas molesto y enfadado?

Entonces, acepta lo que es.

¿Puedes aceptar que estas molesto y enfadado?

¿Puedes aceptar que no puedes aceptarlo?

En este caso:

«Lleva aceptación a tu no-aceptación. Lleva rendición a tu no-rendición».

A continuación observa qué ocurre.

¿Sabemos quienes somos?

La aceptación de la realidad presente, aumenta el conocimiento sobre uno mismo. Muchas expresiones que usamos habitualmente y el lenguaje en sí mismo revelan que las personas no saben quienes son. Cuando decimos: mi casa, mi pareja, mis hijos, mi negocio, mi trabajo,…. o en general cuando decimos «mi vida», hablamos como si la vida fuera algo que pudiéramos poseer o perder.

Lo cierto es que no tienes una vida, eres una vida.

Eres la Vida Una, la conciencia que interpenetra todo el universo y toma forma temporalmente para experimentarse como piedra, como hoja de hierba, como un animal, una persona, una estrella o una galaxia.

¿Puedes sentir en lo profundo de ti que ya sabes esto? ¿Puedes sentir que ya eres esto?

Aprende a adaptarte a las nuevas situaciones de la forma más adecuada posible y respeta siempre tus necesidades.

Lo que una vez disfrutamos, nunca lo perdemos.

Todo lo que amamos profundamente

 se convierte en parte de nosotros mismos.

Imagen: Corine Ko

Mamen Lucas

Ona Daurada

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