Según la filosofía védica, la Naturaleza es el estado en el que los tres Guṇas o modalidades materiales, existen en equilibrio: Sattva, Rajas y Tamas.
Sattva
Pureza, luz, armonía, equilibrio.
Rajas
Pasión, intranquilidad, movimiento.
Tamas
Inercia, oscuridad.
De acuerdo con este concepto y según los términos de la psicología Sankhya, una de las seis escuelas clásicas de la filosofía Hindú, podemos distinguir tres tipos de inteligencia individualizada:
La tamásica, la que es gobernada por el principio de la oscuridad y la inercia, la primogénita de la Inconciencia.
La rajásica, la que es gobernada por una fuerza de la pasión, la intranquilidad y la actividad, cinética.
Y la sáttvica, la que se echa en el molde del principio sáttvavico de la pureza, la luz, la armonía y el equilibrio.
La inteligencia tamásica
La inteligencia tamásica tiene su sede en la mente física: es inerte para con las ideas, excepto para con aquéllas que recibe inertemente, ciegamente, pasivamente desde una reconocida fuente o autoridad, oscura en su recepción, con reluctancia a agrandarse, recalcitrante al nuevo estímulo, conservadora e inmóvil.
Se apega a su recibida estructura del conocimiento y su poder único es reiterativa practicidad, pero es un poder limitado por lo acostumbrado, lo obvio, lo establecido y familiar y ya seguro. Descarta todo lo que es nuevo y pueda perturbarla.
La inteligencia rajásica
La inteligencia rajásica tiene su sede principal en la mente vital y es de dos clases: una clase está a la defensiva ante la violencia y la pasión, afirmativa de su individualidad mental y de cuanto está de acuerdo con ella, preferida por su volución, adaptada en su observación, pero agresiva para con todo cuanto es contrario a su ego-estructura mental o inaceptable para su intelectualidad personal.
La otra clase es entusiasta en cuanto a las cosas nuevas, apasionada, insistente, impetuosa, a menudo móvil más allá de la medida, inconstante y siempre inquieta, gobernada en su idea no por la verdad y la luz sino por el entusiasmo de la batalla intelectual, el movimiento y la aventura.
La inteligencia sáttvica
La inteligencia sáttvica está ávida de conocimiento, tan abierto a él como puede estarlo, cuidadosa en su consideración, verificación y equilibrio, en el ajuste y adaptación de su criterio de cuanto se confirme como verdad, recibiendo todo cuanto pueda asimilar, experta en la elaboración de la verdad dentro de una armoniosa estructura intelectual: pero, debido a que su luz es limitada, como debe estarlo toda luz mental, es incapaz de ampliarse de modo tal que pueda recibir por igual toda la verdad y todo el conocimiento.
Tiene un ego mental, incluso uno iluminado, y está determinada por él en su observación, juicio, razonamiento, elección mental y preferencia.
Fuente de error
En la mayoría de las personas hay predominancia de una de estas cualidades pero también una mezcla; la misma mente puede ser abierta, plástica y armónica en una dirección; cinética y vital, apresurada y prejuiciosa y desequilibrada en otro; e incluso en otra, oscura e irreceptiva. Esta limitación por parte de la personalidad, esta defensa de la personalidad y rechazo a recibir lo que resulta inasimilable, es necesario para el ser individual en su evolución.
Esta limitación de la conciencia-mental debe ser la regla de nuestra naturaleza en la medida en que el individuo no ha alcanzado universalidad, y aun no se prepara para la trascendencia-mental. Pero es evidente que esta condición es inevitablemente fuente de error y en cualquier momento puede ser la causa de una falsificación del conocimiento, una predisposición a dar por aceptado, el conocimiento erróneo como si fuese verdadero.
Fuente: “La vida Divina” Śrī Aurobindo
imagen: Laxmi Mysore
Mamen Lucas
Ona Daurada
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