La naturaleza evoluciona siguiendo la geometría fractal

LA NATURALEZA EVOLUCIONA SIGUIENDO LA GEOMETRÍA FRACTAL

 

La historia de la evolución es una historia de patrones repetidos. Estamos en un punto crítico, pero el planeta ya ha pasado por otros con anterioridad. La evolución se ha visto sacudida por distintas conmociones que, literalmente, han estado a punto de extinguir todas las especies vivas.

A medida que la población humana aumenta, competimos más y más por el espacio con los demás organismos con los que compartimos el planeta. Estamos finalizando un ciclo evolutivo y preparándonos para comenzar otro. Mientras este ciclo llega a su fin, es razonable que la gente se sienta un poco preocupada y alarmada ante los fallos de las estructuras que soportan la civilización. Los supervivientes serán aquellos que comprendan que nuestra desconsideración está acabando con el planeta y con nosotros mismos. Esta certeza se basa en el estudio de la geometría fractal.

 

LA NATURALEZA EVOLUCIONA SIGUIENDO LA GEOMETRÍA FRACTAL

 

¿En que se basa la geometría fractal?

“La geometría es una estimación matemática de la forma que las diferentes partes de un todo encajan en relación con las demás”. Hasta 1975 la única geometría disponible era la euclidiana, que se escribió aproximadamente en el año 300 a.C.

No obstante, la geometría euclidiana no puede aplicarse a la Naturaleza. No puede representar un árbol, una nube o una montaña utilizando las fórmulas matemáticas de esta geometría. En la Naturaleza, la mayor parte de las estructuras, tanto las orgánicas como las inorgánicas, siguen patrones mucho más irregulares y, en apariencia, caóticos. Estas imágenes naturales sólo pueden representarse mediante los nuevos cálculos matemáticos realizados a partir de la denominada geometría fractal (Benoit  Mandelbrot, 1975). Al igual que la física cuántica, la geometría fractal nos obliga a tener en cuenta estos patrones irregulares, un mundo mucho más extraño de formas redondeadas y objetos con más de tres dimensiones.

Algo característico de esta geometría fractal es la creación de patrones cíclicos  parecidos a sí mismos e incluidos los unos dentro de los otros. A grandes rasgos, puedes hacerte una idea de la repetición de formas imaginando ese eterno juguete ruso que consiste en introducir una muñecas dentro de otras. Cada pequeña estructura es una miniatura, pero no necesariamente una copia exacta de la más grande. La geometría fractal recalca la relación entre los patrones de una estructura completa y los patrones de las partes de esta estructura. Por ejemplo, el patrón de los vástagos de una rama se asemeja al patrón de las  principales que salen del tronco. El patrón de un río se parece al patrón de sus afluentes. En el pulmón humano, el patrón de la ramificación de los bronquios se repite en los bronquiolos.

 

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¿Las imágenes que se reproducen en la Naturaleza son simples coincidencias?

Para explicar por qué la geometría fractal define la estructura de la vida, revisemos dos puntos más.

En primer lugar, la historia de la evolución es, la historia del ascenso a un nivel superior de conciencia. En segundo, en el estudio de la membrana celular definimos el complejo proteico receptor-efector (PIM) como la unidad fundamental de conciencia/inteligencia. En consecuencia, cuantas más proteínas receptoras haya en un determinado organismo, más percepción tendrá y más arriba se encontrará en la escala evolutiva.

Los estudios matemáticos han descubierto que la geometría fractal es el mejor medio para conseguir la máxima superficie (membrana) dentro de un espacio tridimensional (célula). Por tanto, la evolución se ha convertido en un asunto fractal. La repetición de patrones en la Naturaleza es una necesidad, no es una coincidencia, de la evolución “fractal”.

Los patrones fractales y repetitivos de la evolución nos permiten predecir que los humanos encontrarán una forma de extender su percepción a fin de subir otro peldaño más de la escala evolutiva.

 

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La comunidad celular

Durante miles de millones de años, los sistemas celulares han llevado a cabo un eficaz plan de paz que les ha permitido incrementar su supervivencia y también la del resto de organismos de la biosfera. Imagina una población de miles de millones de habitantes viviendo bajo el mismo techo en un perpetuo estado de felicidad. Es obvio que las comunidades celulares funcionan mejor que las humanas: no hay células rechazadas ni “sin hogar” en nuestro cuerpo. A menos, por supuesto, que nuestras comunidades celulares se encuentren en una profunda falta de armonía que ocasione que algunas células dejen de cooperar con dicha comunidad.

Si los humanos siguiéramos el modelo de vida de las saludables comunidades celulares,

nuestra sociedad y nuestro planeta serían más pacíficos y vitales.

 Crear semejante comunidad pacífica resulta todo un desafío, ya que cada persona percibe el mundo de una forma diferente.  A media que la población aumenta, chocamos los unos con los otros.

 

LA NATURALEZA EVOLUCIONA SIGUIENDO LA GEOMETRÍA FRACTAL

 

Las células se enfrentaron a un desafío similar en los comienzos de la evolución. Los organismos unicelulares evolucionaron rápidamente poco después de la formación de la Tierra. Es probable que, al igual que nosotros, estos organismos unicelulares comenzaran a multiplicarse sin control y a superpoblar su medio. Comenzaron a chocar los unos con los otros y a preguntarse: “¿Habrá suficiente para mí?”. Dicha presión les condujo hacia una nueva y extraordinaria etapa de la evolución, en la que las células individuales se agruparon en altruistas comunidades multicelulares. El resultado final fueron los humanos, en la cima o cerca de la cima de la escala evolutiva.

De forma similar, creo que las angustias de la creciente población humana serán la causa que nos impuse a subir otro peldaño de la escala evolutiva. Los miembros de esta elevada comunidad sabrán que estamos hechos a imagen y semejanza de nuestro entorno; es decir, que somos divinos y que debemos operar no de forma que sólo sobrevivan los más adaptados, sino de una forma que ayude a todos y a todo lo que forma este planeta.

Las imágenes fractales de estructuras más pequeñas

son miniaturas del todo más grande. 

Por lo tanto, mientras que la estructura de los humanos

es una imagen auto-similar de sus propias células,

la estructura de la civilización humana representaría una estructura auto-similar

de sus humanos componentes.

Fuentes: Bruce H. Lipton

Imagen: Karla Gerard

Núria Batlle

Ona Daurada

 

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