Un hábito es una conducta que se ha repetido lo suficiente como para volverse automática. El proceso de formación de hábitos empieza con una secuencia de ensayo y error. Siempre que estás en una situación nueva en la vida, tu cerebro tiene que tomar una decisión. “¿Cómo debo responder a esta nueva situación?”. La primera vez que te enfrentas a un problema, no estás seguro de cómo resolverlo. Estás experimentando con varias opciones para ver cuál es la correcta.

La actividad neurológica del cerebro es muy alta durante este periodo. En este lapso está analizando con cuidado la situación y tomando decisiones conscientes acerca de sus actos. Estás apropiándote de toneladas de nueva información y tratando de organizarla para que tenga sentido. El cerebro está ocupado aprendiendo cuál es el mejor curso de acción.

Te sientes ansioso y descubres que salir a correr un rato te tranquiliza. Estas explorando las posibilidades, explorando, explorando y de pronto ¡BAM!, recibes una recompensa.

Después de topar con una recompensa inesperada, alteras tu estrategia para la próxima ocasión. Tu cerebro comienza enseguida a analizar y catalogar los eventos que precedieron a la recompensa. ¿Qué fue lo que hice antes de tener esa sensación?

Siempre que afrontas un problema de manera recuente, tu cerebro comienza a automatizar el proceso para resolverlo.

Tus hábitos son justamente una serie de soluciones automáticas que resuelven los problemas y presiones que afrontas regularmente.

Los hábitos son, simplemente,

soluciones confiables a problemas recurrentes

Jason Hreha

Conforme se crean los hábitos, el nivel de actividad del cerebro disminuye. Aprendes a encerrar las señales que predicen el éxito y te desconectas de todo lo demás.

Beneficios de los hábitos

Los hábitos son atajos mentales aprendidos gracias a la experiencia. En cierto sentido un hábito es simplemente la memorización de los pasos que seguiste previamente para resolver un problema.

A pesar de su evidente eficacia, algunas personas dudan de sus beneficios. El argumento que esgriman es parecido a esto: “Los hábitos de la voluntad hacen la vida aburrida”, “¿Acaso no es la rutina y la repetición lo que le resta a la vida espontaneidad y dinamismo?”.  Estos planteamientos establecen una falsa dicotomía. Te hacen creer  que tienes que elegir entre la construcción de hábitos y la obtención de la libertad. En realidad ambos conceptos se complementan.

Los hábitos no restringen la libertad. En realidad la promueven. De hecho, las personas que no tienen sus hábitos bajo control son aquellas que disfruta de menos libertad. Si siempre están obligados a tomar acerca d las tareas más básicas (por ejemplo, cuándo debo entrenar, dónde voy para escribir, cuándo pago las facturas), no te quedará mucho tempo para disfrutar de tu libertad. Cuando logras simplificar las tareas fundamentales de la vida, puedes crear el espacio mental necesario para el pensamiento libre y la creatividad.

Del mismo modo, cuando los aspectos fundamentales de la vida están bajo control, tu mente se libera y tiene oportunidad de concentrarse en nuevos retos y en dominar el siguiente nivel del problema.

Construir hábitos en el presente

te permite hacer más en el futuro.

Fuente: James Clear

Imagen: Claudio Dantas

Núria Batlle

Ona Daurada

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