“Tengo muchas cosas que hacer”
Si, pero te has planteado ¿cuál es la calidad de tu hacer?
Conducir yendo al trabajo, hablar con los clientes, trabajar con el ordenador, hacer recados, atender las innumerables cosas que constituyen tu vida… Todo esto, lo puedes realizar con plena atención, poniendo todo tu empeño en conseguir la máxima calidad en cada cosa que haces.
¿Hasta que punto tienen calidad tus actividades?
¿Es tu acción una rendición o una resistencia?
Esto es lo que determina el éxito que consigues en la vida, no la cantidad de esfuerzo que pongas.
El esfuerzo implica estrés, tensión, necesidad de alcanzar cierto punto en el futuro o de conseguir algún resultado.
¿Puedes llegar a detectar en tu interior la más leve sombra de no querer estar haciendo lo que estás haciendo?
Eso es una negación de la vida, y por ello no puedes conseguir un resultado verdaderamente exitoso.
Si has sido capaz de detectar esa negación en ti, ¿puedes también dejarlo y ser total en lo que haces?
“Hacer una cosa cada vez”; así es como un maestro Zen definió la esencia del Zen.
Hacer una cosa cada vez significa
ser total en lo que haces, prestarle toda tu atención.
Eso es acción rendida, acción poderosa.
Fuente: Eckhart Tolle
Imagen: Thomas Saliot
Núria Batlle
Ona Daurada
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