El autodominio exige autoconciencia más autorregulación, componentes clave de la inteligencia emocional. Uno de los parámetros del autodominio es alcanzar el estado cerebral más adecuado para realizar una tarea.
Eficiencia personal estando de buen humor
Si hablamos de eficiencia personal, tenemos que encontrarnos en el mejor estado interno para la labor que vayamos a realizar. Por ejemplo, las investigaciones demuestran que las ventajas de estar de buen humor son tener mayor creatividad, resolver mejor los problemas, contar con mayor flexibilidad mental y ser más eficientes en la toma de decisiones en muchos sentidos.
Sin embargo, entre los inconvenientes se aprecia una tendencia a o utilizar tan bien el sentido crítico al distinguir entre argumentos sólidos y endebles, o tomar decisiones precipitadas, o no prestar suficiente atención a los detalles en una tarea que lo requiere.
Eficiencia personal estando de mal humor
Por otro lado, estar de mal humor, o como mínimo de un humor más pesimista, tiene un lado positivo: entre otras cosas, se demuestra una capacidad de prestar atención al detalle, incluso al hacer algo aburrido.
De mal humor nos mostramos más escépticos, de forma que, por ejemplo, es menos probable que nos limitemos en confiar en las opiniones de expertos y seguramente haremos preguntas suspicaces y sacaremos conclusiones propias.
El principal inconveniente de estar de mal humor es, por descontado, que resulta molesto tanto para nosotros como para quienes nos rodean; pero existen otros perjuicios más sutiles: en el nivel cognitivo somos más pesimistas y, por ello, es más probable que tiremos la toalla cuando las cosas se tuerzan. El mal humor nos predispone en contra de lo que estemos planeándonos y por consiguiente nuestros juicios se desvían hacia la negatividad. Además como como nuestra compañía no resulta agradable, podemos afectar de forma negativa la armonía de un equipo.
Existe además un factor para determinar cuál es el mejor estado cerebral para realizar una tarea: la creatividad.
La creatividad
Existe el modelo clásico de la creatividad que consta de cuatro fases.
En primer lugar uno define el marco del problema. Así pues, lo primero es encontrar y definir el problema creativo.
En segundo lugar, hay que sumirse en el asunto, escarbar a fondo. Reunir datos, información, todo lo que pueda ayudar a dar con una solución creativa.
La tercera fase consiste en dejarse ir. En relajarse sin más. El autodominio consiste en este caso, en saber cuándo relajarse y cómo conseguirlo.
La cuarta y última etapa es la ejecución.
Los estudios cerebrales sobre la creatividad nos dicen qué sucede cuando gritamos: ”¡Eureka!”, cuando se nos ocurre algo de repente. Si se miden las ondas cerebrales electroencefalográficas, hay una gran actividad gamma.
El pico gamma revela que el cerebro ha tenido una idea.
¿Cuál es la mejor forma de movilizar esta actividad cerebral? Primero hay que concentrarse intensamente en el objeto o en el problema y luego relajarse y llegar a la fase tercera: dejarse ir.
Esta tercera fase se caracteriza por un elevado ritmo alfa, lo que indica relajación mental, un estado de apertura, de ensoñación y de deriva, en el que estamos más receptivos a las nuevas ideas.
El pensamiento creativo no es un talento mítico.
Es una habilidad que puede ser practicada y nutrida.
Edward de Bono
Fuente: Daniel Goleman
Imagen: Magdalena Serwin
Núria Batlle
Ona Daurada
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